¡NO ES DE PLANETARIOS! ¿Has oído hablar del sexo espiritual? ¡Te lo contamos todo!

La mayoría estamos de acuerdo en que el sexo es divertido, pero también va más allá. Hay algunas personas que dejan que su cuerpo, se unen al universo y tiendo sexo espiritual; y con los métodos correctos tú puedes hacerlo.

Hay varias opiniones sobre mujeres que están “conscientes durante la ola del orgasmo, la cual pone a una mujer en un estado meditativo.”

Estas mujeres no están locas: hay razones científicas por las que el sexo puede evocar sensaciones de espiritualidad. La razón principal son las hormonas liberadas durante el sexo.

Para ver la relación científica entre los cambios hormonales y psicológicos que suceden en ambos contextos sexuales y experimentales, se ve un alto grado de superposición. Las experiencias químicas que tiene la gente cuando tiene una experiencia sexual o espiritual son casi iguales a las psicológicas.

CÓMO LOGRARLO

Dado que estas hormonas pueden ser manipuladas, podemos sacarles provecho para tener una sesión de sexo espiritual. ¡Y tiene sus beneficios! Según varias mujeres, esta técnica dura más tiempo y nutre la ‘energía’ de ambos.

Las actividades que tienden a liberar oxitocina y dopamina incluyen el sexo tántrico, acurrucarse, respirar en sincronía y besarse por 4 minutos. El tono del músculo vaginal puede ayudar a las personas a tener las experiencias espirituales ya que implican contracciones rítmicas d ellos músculos vaginales. El ejercicio de estos puede ayudarte a logar una respuesta excitatoria fisiológica capaz de incitar un estado meditativo.

El aspecto emocionante del papel de la memoria muscular es que se sugiere que este tipo de experiencias son potenciales para casi todas las mujeres. He ahí la importancia de tus ejercicios kegels.

Los expertos también recomiendan practicar la atención plena para tener sexo espiritual. Eso significa poner conscientemente tu atención en sensaciones específicas y extenderlas a las sensaciones de tu pareja.

Ver, oír, saborear, tocar. El punto es estar presentes en todo. Mira sus ojos, crea una conexión. Y antes de que te des cuenta, aprenderás a reconocer la falta de separación entre ambos. Este sentimiento de unidad es una profunda visión espiritual que se extiende fuera su vida sexual e íntima.

EME