Un total de 23 expresidentes iberoamericanos firmaron la llamada Declaración de México, con la que denuncian la situación en Venezuela y piden la paralización de la Asamblea Constituyente propuesta por el Gobierno, al considerar que esta supone un “punto final” para la democracia.
El documento, presentado este viernes en la Ciudad de México, es un llamado a la acción a los participantes de la reunión de cancilleres sobre Venezuela, que se celebrará el 19 de junio en Cancún, antes de la inauguración formal de la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Entre los firmantes están los expresidentes de México Vicente Fox y Felipe Calderón; del Gobierno España, Felipe González y José María Aznar; de Colombia, Andrés Pastrana, Álvaro Uribe, César Gaviria y Belisario Betancur; de Uruguay, Luis Alberto Lacalle y Julio María Sanguinetti; de Chile, Eduardo Frei; y de Argentina, Fernando de la Rúa.
También los expresidentes de Costa Rica Óscar Arias, Rafael Ángel Calderón, Laura Chinchilla, José María Figueres y Miguel Ángel Rodríguez; de El Salvador, Alfredo Cristiani; de Ecuador, Lucio Gutiérrez y Jorge Jamil Mahuad; de Bolivia, Jorge Tuto Quiroga; de Panamá, Mireya Moscoso; y de Paraguay, Juan Carlos Wasmosy.
“Reiteramos nuestra profunda preocupación por la total ruptura del orden constitucional y democrático, la violación sistemática y generalizada de derechos humanos y la violencia provocada por las fuerzas del orden”, indican los exmandatarios.
Denuncian que, desde que en diciembre de 2015 saliera elegida una Asamblea Nacional “de signo mayoritariamente opositor“, el Gobierno de Nicolás Maduro “ha consumado mediante acciones sucesivas un golpe de Estado”.
La última ha sido la instrucción de que se convoque una Asamblea Nacional Constituyente, siguiendo unos “términos de conveniencia” que -a entender de los firmantes, todos ellos agrupados en la Iniciativa Democrática de España y las Américas, (Idea)- desconocen los principios democráticos de elección universal, directa y secreta.
Por ello, exigen que los representantes que se reunirán en Cancún adopten una resolución que demande, en primer lugar, la apertura de un canal de asistencia humanitaria internacional que ayude al pueblo venezolano, así como el cese de los actos de represión promovidos por las fuerzas de seguridad venezolana.
Además, la identificación y sanción de quienes hayan violado los derechos humanos, el respeto al Estado de Derecho mediante la liberación de presos políticos y el fin de las detenciones arbitrarias, la restitución de competencias constitucionales a la Asamblea Nacional y la paralización de la Asamblea Constituyente.
“Nadie puede ser indiferente al sufrimiento de Venezuela; mucho menos los máximos representantes de los pueblos de nuestro hemisferio”, concluye el texto.
En la rueda de prensa, el expresidente mexicano Vicente Fox, quien estuvo acompañado por el colombiano Pastrana, el boliviano Quiroga y el costarricense Rodríguez, dijo que los mandatarios no se pueden ocultar detrás de una “postura diplomática”: “En cuestión de valores hay que ser firmes, ser claros, y sostenerse en lo dicho“.
Por la parte de México, Fox pidió al actual presidente, Enrique Peña Nieto, y al canciller, Luis Videgaray, “sostenerse firmes en la denuncia” en la próxima reunión de la OEA.
En su turno de palabra, Pastrana se preguntó “qué más falta” para que los actuales dirigentes de los países latinoamericanos “levanten la voz” y para que se aplique de manera “inmediata” la Carta Democrática Interamericana.
“Queremos llamar la atención a la OEA para que intervenga en esta situación, porque también se están generando recursos en Venezuela para el narcoterrorismo”, aseveró Pastrana, quien defendió que hay mandos del país caribeño que tienen vínculos con las redes del narcotráfico.
De manera simbólica, los expresidentes dieron una copia de la declaración a Mitzy Capriles, esposa de Antonio Ledezma, alcalde de Caracas detenido desde hace más de dos años.
“Hace un año decíamos que estábamos al borde de una crisis humanitaria; hoy ya estamos en una feroz y atroz crisis humanitaria”, afirmó Capriles a Efe.
Dijo que los venezolanos son conscientes de que van a resolver sus propios problemas, pero también es necesario tener una “mano amiga” para que ayuden “a que el Gobierno entienda” que hay que sentarse a dialogar y hablar sobre “lo que queremos y, sobre todo, lo que ya no queremos” en el país.
NV1/EFE